Estabilidad del peso

La tendencia del valor del peso frente al dólar en poco más de dos años ha sido notable. Durante este gobierno alcanzó su valor mínimo 18.54 pesos por dólar el 10 de febrero de 2020; en abril 20 de ese mismo año el dólar costaba 24.98 pesos y desde entonces la tendencia, en medio de fluctuaciones periódicas, ha sido a la baja hasta una cotización de 19.56 en mayo 30 de este año, el viernes 21, se cotizó a 19.92 pesos, y la semana pasada llegó a los 19.50 por dólar.

Este comportamiento es muy destacable en el marco de muchas otras monedas en el mundo que han tenido depreciaciones significativas desde a la irrupción de la pandemia y, luego, con el actual entorno de alta inflación y el severo ajuste de las políticas monetarias de alzas de las tasas de interés emprendido por la Reserva Federal (Fed).

En general, los analistas de los mercados de divisas esperan que la estabilidad de la paridad peso-dólar se mantenga. El factor más relevante que sostiene esta postura es la política que se ha aplicado en materia fiscal, es decir, que se ha mantenido el balance de las cuentas públicas, sin déficit elevados, ni niveles de deuda insostenibles.

Además, se han impuesto medidas de contención monetaria con altas de tasas de interés que replican las que se imponen en el terreno del dólar. Este es el mismo énfasis que destaca de modo constante la Secretaría de Hacienda y que se exhibe en las previsiones presupuestales y, también, afirma el Banco de México con la fijación de las tasas de referencia.

Luego de que en un análisis elaborado por el director para América Latina en Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño, advirtiera que a finales de año o durante el 2023 podría darse una depreciación del peso del 20 %, el subgobernador del Banco de México (Banxico) Jonathan Heath, respondió que existe una mínima posibilidad de que suceda.

«Finalmente, hemos tenido salidas de capital de portafolio significativas en los últimos tres años, sin afectación al tipo de cambio, lo que ha reducido la tenencia de extranjeros y reduce nuestra vulnerabilidad en el futuro, lo que minimiza la posibilidad del escenario » escribió en su cuenta de Twitter.

El subgobernador del Banco de México explicó que también tenemos una gran cantidad de transacciones de nuestra moneda que no se registran en la balanza de pagos.

Como ejemplos mencionó operaciones de coberturas, opciones, derivados, futuros, etcétera, que le dan mucha profundidad al mercado cambiario del peso.

Sin embargo, Heath consideró que habría que agregar varios puntos.

En primera, hizo ver que las exportaciones dependen en buena parte de las importaciones, de «tal manera, si exportamos menos (o más), importamos menos (o menos), por lo que se medio evita incurrir en un déficit enorme».

Al igual que otros analistas, Heath descartó esa posibilidad que resaltó en las noticias del pasado jueves causando nerviosismo en los mercados.

Para la directora de análisis económico y financiero en Grupo Financiero Base, Gabriela Silller, para que el tipo de cambio suba de 20 a 24 pesos tendría que darse una crisis similar a la de 2008, o la del 2020, altos déficits fiscales o tener una amenaza tipo Trump, algo que en su opinión está muy lejano.

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