La eliminación del dinero en efectivo

El dinero efectivo (habitualmente denominado dinero en efectivo​ o solo efectivo) es el dinero en forma de monedas o papel moneda (billetes) que se utiliza para realizar pagos y depósitos.

Es el dinero que se lleva encima, en la billetera o en el bolsillo del pantalón y que, por lo tanto, no está forzosamente en una base de datos de un banco u otra entidad financiera. Una expresión más informal con el mismo significado es la de «dinero contante y sonante», así como el metálico al haber nacido en base al patrón oro y plata, entre otros metales, de las monedas.

El efectivo está constituido por la moneda de curso legal, que es acuñada por una entidad encargada su emisión, y que estará disponible de inmediato para su operación. En la masa monetaria se consideran como tales las monedas, billetes, depósitos bancarios en sus cuentas de cheque, giros bancarios, remesas en tránsito, divisa extranjeras y los metales preciosos amonedados.

En economía, el dinero efectivo es considerado de mucha más liquidez que otras formas de representaciones de valor económico, incluso más que el denominado «dinero bancario».

La teoria financiera de los últimos años, apunta hacia la idea de reducir el uso de efectivo y potencializar otros métodos de pago, sobre todo digitales, para avanzar en la inclusión financiera en México, donde cerca de la mitad de la población está excluida del sistema financiero tradicional; sin embargo, el tema tiene sus limitantes, sus retos y sus realidades.

De acuerdo con especialistas en el tema, en México el efectivo es el rey de los métodos de pago no sólo porque cumple con las características esenciales del dinero, sino también por una cultura e historia, que hace difícil creer que será sustituido por completo a corto plazo, especialmente por aquellas innovaciones financieras, mismas que también tienes sus desafíos para aceptase en toda la población.

«En México, la gente prefiere usar efectivo en pagos, lo prefería antes de la pandemia y lo seguirá prefiriendo después, tan es así que empresas de tecnología, como Uber o Amazon, han tenido que implementar soluciones de pago que hagan inclusión de aquellos usuarios que no desean utilizar tarjetas de débito o crédito para pagar», comentó Manuel Bautista González, economista e historiador financiero y colaborador de la plataforma CashEssentials.

De acuerdo con Bautista González, a raíz de la pandemia de Covid-19, el efectivo ha tenido mayor demanda entre la población, especialmente en los meses más críticos de la emergencia sanitaria, en línea como ha sucedido en la mayor parte del mundo.

«El efectivo durante la pandemia creció en México, ya que, si bien la gente iba menos a cajeros, seguía sacando dinero e incluso más que antes de la emergencia. El crecimiento de esta demanda de efectivo se concentró en billetes de más alta denominación porque se utilizan como reserva de valor», detalló Bautista González durante el conversatorio El dinero en efectivo y su resiliencia, celebrado en el marco de la Global Money Week 2022.

Bautista destacó que si bien durante los primeros meses de la pandemia, hubo una caída transaccional del efectivo, en línea con el comportamiento de otros métodos de pago, lo que destacó es que hubo una mayor demanda precautoria.

«Usamos menos efectivo, pero por el otro lado ante la incertidumbre que causó la pandemia en el mundo, no solamente en México, la gente acudió a los cajeros automáticos para tener billetes y monedas, en particular billetes de alta denominación, porque usualmente en épocas de crisis e incertidumbre, la demanda en efectivo no es porque se vayan a realizar transacciones o no, sino porque es un elemento de seguridad para la población en caso de que lo inconcebible vaya a pasar», destacó el analista.

De acuerdo con los análisis del historiador, el efectivo en circulación en México ha crecido al menos 30% durante la época de contingencia y si bien el volumen de transacciones en cajeros ha disminuido 2.9%, el valor de las operaciones en éstos aumentó 15.9%, así como el valor de los retiros promedio, el cual ha aumentado 19.5 por ciento.

Para el historiador, una de las explicaciones de este fenómeno es que el efectivo cumple con ciertas características que hacen útil este método, respecto a otros, tales como:

  • Es universal.
  • Es confiable.
  • Es eficiente.
  • Es un instrumento de cohesión social.
  • El efectivo da certidumbre, la digitalización todavía no

Para Ana Laura Martínez Gutiérrez, coordinadora del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas (LNPP) del CIDE, si bien los canales digitales ganaron terreno durante la pandemia en materia de los comercios minoristas, el uso del efectivo persistió en las transacciones finales.

«Nos dimos cuenta de que las personas en la pandemia innovaron hacia nuevos canales de venta, empezaron a vender por ejemplo por Facebook, pero la transacción final monetaria se hacía en persona… Muchos grupos, especialmente los más vulnerables de la población, no se pueden dar el lujo de usar estas nuevas formas de pago que no les impliquen inmediatez y les generen algún problema», destacó Martínez Gutiérrez. Destacó que el dinero en efectivo ayuda a controlar gastos, lo que genera mayor seguridad para quien lo usa.

En su intervención Sara Castellanos, investigadora en Proyectos Especiales del Banco de México (Banxico), reconoció que el efectivo es el método de pago más utilizado debido a que tiene un marco jurídico que sustenta su uso y cumple con las características básicas que le permiten una aceptación generalizada.

«El efectivo es el medio de pago por excelencia, porque así está diseñado, hay un marco institucional que le da sustento, que lo diferencia de otras alternativas en términos que le permita fungir como medio de pago, de depósito de valor y de unidad de cuenta y eso es lo que permite que tenga este poder liberatorio», acotó Castellanos.

Durante el conservatorio, los especialistas destacaron los avances que ha habido en materia de innovaciones de métodos de pago; sin embargo, para ellos todavía hay retos para que éstas permeen en la mayor parte de la población y así, por fin hablar de que se le gana la batalla al dinero en efectivo.

Las criptomonedas surgieron desde hace ya 10 años y la más conocida (bitcoin) surgió como un medio de pago alternativo a las monedas nacionales, que usualmente están respaldadas por un banco central.

Actualmente, el marco regulatorio no permite que se utilicen de manera amplía para realizar pagos y hay muchas razones que tienen que ver con la protección de los usuarios que harán que varias autoridades financieras sean renuentes a darle a estas monedas una circulación más amplía», destacó Castellanos.

El colaborador de CashEssentials resaltó que, si bien las innovaciones de métodos de pago han avanzado en los últimos años, hay barreras que serían difícilmente romper si no hay políticas públicas o estrategias de la iniciativa privada que realmente apunten hacia una mayor digitalización en las operaciones.

«Hay presión para que los bancos de consumo innoven y controlen costos y obviamente la digitalización opera a su favor en ese sentido. El problema de adoptar infraestructuras digitales de pagos de manera acelerada es que no vemos qué vulnerabilidades pueden presentar como desastres naturales o fallas humanas como hackeos o ciberataques», acotó Bautista González

Asimismo, el analista de CashEssentials destacó que, dentro de las infraestructuras de pagos en México, existe un duopolio que actualmente se mantiene sin competencia, lo cual hace que el tema de liquidaciones digitales sea benéfico sólo para unas empresas y sea difícil que dicha estructura se rompa.

Respecto al Cobro Digital (CoDi), que es una de las grandes apuestas en materia de política pública para reducir el uso del efectivo, tanto Bautista González como Martínez Gutiérrez, coincidieron en que, si bien esta herramienta ha crecido, también ha dejado mucho que desear en cuestión de penetración y usabilidad, esto por falta de acompañamiento, de recompensas y por la falta de tacto para pensar en el usuario final.

«Si no diseñas en un instrumento de pagos pensando en ese usuario podrás tener una solución muy avanzada y de transferencia de valor inmediata pero la aceptación, la escala, y la dependencia de rumbo, no llega a ocurrir», destacó Bautista González.

«El CoDi tiene muchas ventajas y me parece que hubo falta de acompañamiento. Esta curva de aprendizaje que necesitamos vivir las personas para animarnos a cambiar necesita mucha información, premios, recompensas y en esa parte las obvia el sistema financiero», acotó la coordinadora del LNPP del CIDE.

Martínez Gutiérrez añadió que, si bien el tema de pagar los programas sociales con métodos distintos al efectivo suele tener sus ventajas, especialmente en inclusión financiera, la corrupción es el gran inhibidor del potencial éxito de esta modalidad.

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