Superpeso sigue fuerte

La carrera del superpeso mexicano va para largo, y los indicadores financieros anticipan que todavía tiene fuerza suficiente para imponer varios récords en lo que resta de 2023.

Muchos analistas prevén que la fortaleza de la moneda mexicana lleve al tipo de cambio hasta 17.00 pesos por dólar al cierre del año, y lo único que podría detenerlo, es el riesgo político asociado a la sucesión presidencial en México y EUA en 2024.

El lunes pasado, el tipo de cambio alcanzó 17.43 pesos por dólar, un nivel no visto desde el 3 de mayo de 2016; mientras que este martes cerró en 17.48 pesos, que sigue siendo una de las mejores cotizaciones en los últimos seis años.

Si al comenzar este 2023, alguien hubiera pronosticado que antes de la mitad del año el dólar estaría por debajo de los 17.50 pesos, lo hubieran considerado desinformado en el tema, o de plano muy ignorante.

La última encuesta entre especialistas realizada por el Banco de México en diciembre de 2022 señalaba un pronóstico para finales de 2023 de 20.80 pesos por dólar.

¿Pero a quién beneficia o perjudica estos niveles del tipo de cambio?

1.- Los importadores.

Los negocios que requieren de grandes volúmenes de productos, insumos o servicios importados, que usualmente se valúan en dólares, en lo que va del año pudieron abatir sus costos en alrededor de 10%. Uno de los ganadores visibles es el comercio minorista que adquiere productos importados que luego vende en pesos.

Sume usted también a quienes adquieren materias primas en dólares que incorporan a productos que luego venden en pesos.

Otro ganador es el turista mexicano que sale al extranjero y que es importador de servicios turísticos que paga en el lugar que visita, pues ahora sus pesos le rinden más en sus viajes.

2.- Los deudores en dólares.

Las empresas, personas y aun los gobiernos que tienen deudas en dólares, se han visto beneficiados en este lapso por una reducción del valor en pesos de sus pasivos. Esto no se refleja en términos generales en una reducción del costo de la deuda debido al alza de las tasas de interés, pero los saldos deudores que tienen un ingrediente importante en dólares se han depreciado al convertirlos a pesos.

3.- El control de la inflación.

Uno de los procesos que se ha beneficiado con el peso fuerte es el control de la inflación debido a la reducción de los precios de diversos insumos que se cotizan en dólares. De hecho, el índice de precios al productor en abril para bienes intermedios ya refleja una deflación de 1.2% respecto al mismo mes del año pasado.

Veamos ahora algunos de los que pierden con el dólar barato.

1.- Los exportadores.

Se trata especialmente de aquellos que generan bienes o servicios con un alto contenido de insumos en pesos. Para ellos, un dólar de 17.50 es sumamente pernicioso, ya que supone que por cada unidad de exportación se generan menos pesos para cobrar los insumos requeridos.

Sectores como el agropecuario, agroindustrial o el turismo se encuentran claramente entre los perdedores del dólar barato.

2.- Los receptores de remesas.

Los hogares que reciben remesas de sus familiares en Estados Unidos, han perdido un 10% del poder de compra en pesos por cada dólar que reciben. Así que, a pesar de que los volúmenes de remesas han aumentado, su impacto en el poder de compra de las familias se ha reducido porque valen menos pesos.

3.- Los inversionistas extranjeros.

Un peso fuerte significa que el costo de instalar una empresa productiva en nuestro país será mayor, desde el costo o la renta de inmuebles industriales hasta el pago de los salarios del personal que habrán de contratar. Para desembolsar la misma cantidad de pesos, los inversionistas deberán traer una mayor cantidad de dólares.

Estos son sólo algunos de los ganadores y perdedores, hay muchos más.

La paridad del peso frente al dólar en México es mucho más que una variable económica o financiera en nuestro país, que beneficia a algunos y perjudica a otros según se mueva.

Tiene un valor simbólico en la percepción “del pueblo”, que no ha dejado de ser aprovechado por el presidente López Obrador.

Una frase de los viejos tiempos decía: ‘presidente que devalúa, se devalúa’, así podemos parafrasear ahora la idea: ‘presidente que tiene un peso fuerte, está fuerte’.

O por lo menos así se ve en Palacio Nacional.

La realidad, es que los verdaderos responsables del valor actual de peso, son principalmente varios factores externos del país y ajenos a medidas o resultados del estado, pero en Palacio Nacional tienen otros datos, y por lo consiguiente, se ponen la estrellita.

La economista en Jefe de Banco Base, Gabriela Siller, explica que esto se debe a 3 factores; el primeros son los flujos de dólares que llegan a México, principalmente por exportaciones, remesas e inversión extranjera directa.

El segundo se debe a la política monetaria restrictiva del Banco de México (Banxico), la cual mantiene un diferencial de 600 puntos base respecto a la de la Reserva Federal (Fed) estadounidense; así como la preferencia por invertir en divisas diferentes al dólar, en la cual el peso es atractivo por ser la más líquida de Latinoamérica y no presentar riesgos macroeconómicos en el corto plazo.

“La expectativa de que la Fed ya no subirá la tasa de interés debilita al dólar, pues los inversionistas vuelan a otros activos que den mayor rendimiento. Con esto, es posible que en el corto plazo el peso siga apreciándose”.

Finalmente, tras la crisis pandémica, se ha observado una buena recuperación en la entrada de divisas por varios segmentos, entre los que destacan las remesas familiares, la entrada por viajeros internacionales y la inversión extranjera.

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