Este último trimestre de 2020, será cuando se presente un alza en el incumplimiento de pago de créditos por parte de los clientes de la banca y entidades financieras no bancarias, que se hayan acoplado al plan de aplazar por cuatro o seis meses sus mensualidades que fue lanzado para aminorar los impactos de la pandemia causada por el Covid-19.
“Para el último trimestre de 2020 podría generarse un aumento en la tasa de incumplimiento una vez que se reactiven los pagos de los créditos amparados por la facilidad regulatoria, lo que se reflejaría en pérdidas por riesgo de crédito”, indica el documento presentado en días pasados por diversas autoridades del sistema, entre ellas, el Banco de México, la Secretaría de Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Detalla que, a lo largo de 2019 y hasta junio de 2020, tanto el Índice de morosidad (Imor) y el Índice de morosidad ajustado (Imora) de las instituciones de crédito tuvieron incrementos marginales.
En el caso del Imor de la cartera comercial se mantuvo en un promedio de 1.3 por ciento en 2019 y cerró junio de este año en 1.2 por ciento. En el segmento de vivienda, en 2019 mantuvo un rango de 2.7 por ciento y pasó a 3.1 por ciento al primer semestre de este año; y en consumo se concentró en 4.4 por ciento a lo largo del año previo e incrementó a 4.8 por ciento al sexto mes de este 2020.
De acuerdo con el documento, el índice de cobertura, de reservas y de quitas y castigos para la cartera crediticia de los bancos, durante el último año, son suficientes para cubrir las pérdidas
Enfatizó que, derivado de la expectativa de un deterioro futuro, los bancos crearon mayores estimaciones preventivas para riesgos crediticios, mismas que constituyen herramientas que ayudan a mitigar el impacto en la solvencia que podría tener la morosidad en el futuro.
Así, el saldo de las estimaciones preventivas adicionales registró un nivel histórico de 31 mil millones de pesos en junio de 2020, cuando el promedio desde 2008 había sido de 8 mil millones de pesos.
El informe, que por primera vez incluye información con respecto a las instituciones financieras no bancarias, precisó que en las Sofomes y Sofipos hay un deterioro en la calidad de la cartera crediticia, y la situación se agravó desde el año pasado.
El Imor en las dichas entidades cuenta un una marcada tendencia al alza, pues en junio de 2019 se situaba en 9.9 por ciento, y en ese mismo mes, pero de este año, alcanzó un nivel de 13.3 por ciento. Incluso, 27 de las 39 Sofipos ya han reestructurado 180 mil financiamientos por un saldo de 5 mil 188 millones de pesos.
“Este monto representa 23.7 por ciento de la cartera total y el 24.9 por ciento de la cartera neta del sector, equivalente al 118.6 por ciento del capital neto, por lo cual, en caso de no recuperarse estos créditos se tendría un impacto significativo en la solvencia del sector, cuyas reestructuras están concentradas en un 80.5 por ciento en las 5 entidades más grandes atendiendo al monto”, se añadió.
“Las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes) en México representan 520,000 millones de pesos y constituyen el 5.6% del mercado de crédito en el país”, comentó a manera de introducción, la Dra. Elizabeth Espinoza Monroy, académica del Departamento de Derecho de la Universidad de las Américas Puebla, durante el webinar organizado por la UDLAP, titulado “Las Sofomes frente a los retos de la pandemia”, evento en el que estuvo como invitado de honor el Dr. Raúl Valencia Del Toro, corredor público y socio principal de las firmas legales Valencia Del Toro & Professionals y Valencia Del Toro Abogados.
Asimismo, la Dra. Elizabeth Espinoza explicó que las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple son sociedades anónimas que cuentan con un registro vigente ante la Condusef y cuyo objeto social principal es la realización habitual y profesional de una o más de las actividades de otorgamiento de crédito, arrendamiento financiero o factoraje financiero.
En su turno, el Dr. Valencia destacó que, ante la actual pandemia, por la que está atravesando el país, varias Sofomes perdieron mercado; dando como ejemplos a los sectores de microfinanzas, de autos, el de la construcción, el del autotransporte, el de agronegocios, el de Pymes, el hotelero y de turismo.
Asimismo, resaltó que en junio de 2020 inició la recuperación del sector de autos, “por lo que ante este panorama esperamos que venga una recuperación importante, porque acuérdense que cuando hay una crisis en nuestro país los dos primeros sectores que caen de manera dramática es el de automóviles nuevos y el de construcción; pero también cuando la crisis empieza a pasar son los dos primeros que salen, por lo que el que ahorita se esté dando una recuperación en el sector de autos nos pone en la situación de que el sector de la construcción resurja rápidamente”.
Afirmó que la actual situación ha creado el gran problema de que 7.9 millones de clientes del sistema bancario aprovecharon la prórroga de cuatro meses que se les otorgó para el pago de sus obligaciones, “lo que lleva a pensar que a largo plazo va a generar problemas de mayor endeudamiento, ello debido al acumulamiento de intereses combinado con la pérdida de empleo que se espera que a fin de año sea de 2 millones”.
Mostró una lámina en donde el índice de morosidad financiera en la cartera de crédito, de acuerdo con los datos que proporciona la CNBV en consumo, en tarjeta de crédito y en créditos personales, en el primer semestre de 2020 se ubicó como sigue: Consumo, registró una tasa de 4.47% en morosidad en la primera mitad de 2020; tarjetas de crédito se ubicó la morosidad en 5.34%, es decir, 0.11 puntos porcentuales más que el año anterior; y créditos personales presentaron una morosidad de 6.41%, lo que significa 1.09 puntos porcentuales más respecto a junio de 2019.