El nebuloso negocio de las Sofomes y los créditos de nómina.

Crédito

La Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) alertó sobre algunos fenómenos preocupantes que se están presentando en el mercado de los créditos con descuento a nómina, sobre todo aquellos que otorgan las Sofomes luego de firmar convenios con dependencias gubernamentales.

El negocio que han impulsado muchas Sofomes tiene un elemento altamente pernicioso o que involucra un conflicto de interés.

Resulta que dichos convenios prácticamente abren la puerta para que las Sofomes no sólo ofrezcan sus créditos a maestros y todo tipo de trabajador del sector público a nivel estatal y municipal, sino que les permite llegar al cliente con una “clave” (otorgada por las áreas de recursos humanos o hasta por los secretarios de Finanzas) para comenzar a hacer los descuentos de manera automática.

Así la autorización de dichas claves se ha transformado en un mercado de información y autorización que las Sofomes intercambian a cambio de comisiones, regalos y otras prebendas. Quizás a Mario Di Costanzo, presidente de la Condusef, le interesaría investigar este tema que, definitivamente, coloca a los usuarios del crédito en una posición sumamente desventajosa. ¿Será la mejor tasa la de la Sofom que consigue dichas “claves”? Difícil y sin competencia menos.

Pero respecto a la alerta de la Condusef, en un oficio dirigido al presidente de la Asociación de Empresas de Nómina, Gustavo Martín del Campo Melgar, Di Costanzo explicó que la operación de “gestores” que promueven créditos entre trabajadores del sector público ha generado quejas y problemas asociados a la falta de transparencia porque el supuesto representante no se identifica de manera fehaciente y en caso de una reclamación ya se imaginará usted quién responde.

El problema es que dichos gestores tienen acceso a información privada y se ha presentado el caso de que solicitan créditos sin que el trabajador lo sepa, en el peor de los escenarios. En la AMDEN tienen varios años buscando apartarse de esa mala reputación; se han acercado a la Condusef para cumplir con los programas de educación financiera y buscan autorregularse.

Las empresas que forman parte de la AMDEN, dice su Presidente, no participan en esas prácticas. El problema es que pagan justos por pecadores, en un negocio que ha crecido a costa de los salarios de miles de empleados del sector público.

Fue, precisamente, Mario Di Costanzo quien tuvo que participar e intervenir en negociaciones para que se apoyara con recursos públicos el rescate de las carteras vencidas de trabajadores del sector público que no pudieron pagar créditos de nómina por altas tasas y condiciones poco claras. Algunas Sofomes desconocen, por ejemplo, la posibilidad del prepago porque su negocio es ejercer las “claves” que tanto trabajo les ha costado obtener.

Las recomendaciones de la Condusef buscan que las Sofomes cumplan de mejor manera con la legitimación del usuario y revisen en todos los casos el buró de crédito . También hizo una observación sobre las tasas de interés que aplican en los créditos, la cual a juicio de la Condusef , es elevada.

Veremos…



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