La moneda digital mexicana

El auge de las criptomonedas y la aceleración de la transición hacia la economía digital, potenciada por la pandemia de Covid-19, han orillado a distintos bancos centrales del mundo a explorar la posibilidad de lanzar su propia moneda digital. El Banco de México (Banxico) no es la excepción: el banco central del país anunció que en 2024 pondrá en circulación su propia moneda digital.

No será una criptomoneda, ni habrá cadena de bloques (blockchain). Se trata más bien de una versión digital del papel moneda, conocida como Moneda Digital de Banco Central o CBDC (por sus siglas en inglés). Las CBDC están diseñadas para usarse de la misma manera que el dinero en efectivo y están respaldadas por el banco central, en este caso el Banxico.

Muchos bancos centrales se han adelantado al Banxico en el tema de monedas digitales. En 2020, Bahamas emitió la primera moneda digital llamada Sand Dollar. El Banco de Pagos Internacionales realizó una encuesta el año pasado y encontró que el 86% de los bancos centrales encuestados estaban explorando la posibilidad de emitir una CBDC, el 60% por ciento estaba experimentando con la tecnología y el 14 % estaba realizando pruebas piloto.

Lo primero que hay que aclarar es que las monedas digitales de los bancos centrales no son criptomonedas. El Bitcoin es una moneda descentralizada, esto significa que se creó para ser una moneda sin un banco o autoridad central que la regule o controle. Las criptomonedas dependen de la criptografía y de la cadena de bloques para evitar la necesidad de una autoridad central. Un banco central no necesita de la tecnología que subyace a las criptomonedas.

De esta forma, una moneda digital del Banco de México sería parte de su misma oferta monetaria. Esta moneda digital sería en pesos, pero en formato digital y se almacenaría en una app que serviría como cartera digital y forma de pago. Esta moneda debería de funcionar de forma similar al dinero en efectivo para pagar bienes y servicios con los pesos digitales que el usuario tenga en su teléfono celular.

El Banco de México busca el desarrollo del sistema financiero, por lo que es muy probable que se busque un funcionamiento de la moneda digital en dos etapas. Primero, el banco central pondría a disposición de los bancos comerciales la moneda digital a cambio de un depósito uno a uno de pesos. En la segunda etapa, los bancos comerciales distribuirían la moneda digital entre los usuarios finales.

Un tema importante es el del anonimato. El dinero en efectivo no genera un registro de su uso. La moneda digital puede diseñarse para contar o no con esta característica. Este es un debate interesante. Me parece que los principios democráticos y de defensa de los derechos individuales que debiera tener México tendrían que impulsar al banco central a respetar el anonimato. Sin embargo, la preocupación por temas como el lavado de dinero y la compra de bienes ilegales pudiera justificar un límite en el monto de dinero digital que pudiera usarse en una transacción de forma anónima. Esta puede ser una decisión compleja.

El lanzamiento de una moneda digital puede tener varias ventajas, entre las que están un menor costo de emisión de la moneda, evitar falsificación de monedas y billetes y contribuir a la inclusión financiera.

Desgraciadamente, casi no hay información oficial al respecto por parte de Banxico. De hecho, aunque el gobierno federal anunció la creación de la moneda digital para 2024, el Banco de México no ha compartido información al respecto. El banco central debería fijar una postura clara acerca de la posibilidad de crear una moneda digital y comunicarla de la forma más clara posible.

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