La dura realidad por la extorsión en México

La delincuencia organizada encontró hace tiempo un lucrativo negocio en estos impuestos informales que roban a la economía mexicana miles de millones de pesos extorsionando a los más pobres. El asunto se ha ido agravando. “Es una dinámica en expansión. Hace 10 o 15 años, el cobro del piso a nivel nacional no tenía nada que ver con lo de hoy”, dice Romain le Cour, experto senior en Global Initiative (GI-TOC), que lleva años estudiando la violencia en México.

La extorsión se ha convertido en los últimos años y pero en los últimos meses, en un problema cada vez más grave. Así lo evidencian los recientes episodios de violencia, particularmente en estados como Cd. De México, Michoacán, Guerrero y el Estado de México, que revelan cómo el crimen organizado ha consolidado su participación en este tipo de delitos.

En los últimos seis años, entre enero de 2018 y octubre de 2023, delitos como los homicidios y secuestros disminuyeron en México, mientras que otros, como la extorsión, no dejaron de crecer a pesar del cambio de Gobierno a finales de 2018, de acuerdo con un análisis realizado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.

El reporte contempló 14 delitos de alto impacto durante los períodos enero-octubre de 2018-2023, a partir de los datos públicos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y del Consejo Nacional de Población (CONAPO). Analizando el periodo de enero de 2018 a octubre de 2023, la disminución se dio en 11 delitos, mientras que en tres hubo aumentos en estos seis años.

Las entidades con el mayor número de víctimas de extorsión en los últimos cinco años fueron: Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Veracruz, y Zacatecas, siendo el territorio mexiquense en donde se registraron, durante ese periodo y de manera consecutiva, el mayor número de casos de extorsión, según datos del SESNSP.

Los críticos dicen que la estrategia de López Obrador de tratar de contener la violencia reduciendo la confrontación directa contra los criminales aumentó el malestar, pues les ha dado más espacio para aprovecharse de las empresas.

“La creciente extorsión no ha acaparado los titulares, pero ha sido la consecuencia aún más corrosiva de una estrategia de seguridad que nunca mereció esa etiqueta”, señala Falko Ernst, analista del International Crisis Group.

López Obrador niega que su estrategia haya alimentado la impunidad, pero después de la sangrienta detención de los extorsionadores por parte de los habitantes de Texcapilla (localidad del municipio de Texcaltitlán) dijo que México debe luchar contra el problema… pero sólo lo dijo…

Las víctimas de extorsión registradas, aumentaron casi 60%, de 6,895 en 2018 a 10,971 en 2023, periodo durante el cual los homicidios cayeron 12%, según datos oficiales. Pero no hay que olvidar las no denunciadas, que igualan o rebasan las oficiales.

Los empresarios que se niegan a pagar las extorsiones suelen ser amenazados con ser objeto de violencia, o sus familiares o trabajadores, o con la destrucción de sus propiedades.

Siguiendo un enfoque que llama “abrazos, no balazos”, López Obrador sostiene que la violencia no se resuelve con más violencia, y que la respuesta está en mejorar los niveles de vida con gasto social y mejores salarios para erradicar la pobreza crónica y desigualdad que favorecen al crimen, pero indudablemente esto no está resultando.

El aumento de delitos por extorsión también se observa en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la que se indicó que durante el 2022, hubo 26.8 millones de delitos a nivel nacional, lo que representa una tasa de 28 mil 701 delitos por cada 100 mil habitantes.

El delito de extorsión fue el tercero más frecuente a nivel nacional, con 5,056 casos, por cada 100 mil habitantes, lo que se traduce en el 17.6% del total de delitos, sólo detrás del delito de fraude, con 5, 770 casos por cada 100 mil habitantes, y del robo o asalto en la calle o en el transporte público, con 5,689 casos por cada 100 mil habitantes.

El delito de extorsión no es nuevo, pero antes se daba sólo contra empresas, tiendas y negocios de tamaño mediano y grande; hoy se da a todo tipo de negocio y micro negocios.

El día de hoy, se extorsionan hasta tienditas, tortillerías, y todo tipo de micro negocios, así como comerciantes en la informalidad, exigiendo importes según el tamaño.

Lo más grave de todo, es que no hay estrategias ni medidas concisas por parte de los gobiernos para detener el delito, y aunque lo digan, no las habrá a corto plazo, afectando gravemente a miles de negocios, al grado de “bajar la cortina” al no poder sobrellevar el costo.

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