¿Tu patrimonio está protegido contra el Covid?

Uno de los más trágicos eventos generados por tan famoso virus, es que está provocando el fallecimiento súbito de muchas personas que, por su edad o su propia personalidad, no habían contemplado las consecuencias de su muerte repentina. Tristemente no respeta edad, sexo, religión, ni situación económica.

Ante todo, obviamente está el desconsuelo y dolor familiar y de los seres queridos de quien ya no está, lo cual es irreparable y difícil de superar. Seguidamente, el impacto sobre el ámbito patrimonial y sucesorio.

Mientras menos ordenados y documentados estén los asuntos financieros, propiedades y legales de la persona repentinamente fallecida, mayor es el impacto negativo para sus seres queridos, sus socios, sus clientes, sus proveedores y sus empleados.

Además ahora en muchos casos, la persona que está en riesgo de muerte y/o contagiada, es sometida a un aislamiento extremo, inclusive de sus familiares más cercanos. Inclusive puede quedar totalmente incomunicada con quienes deberían recibir información esencial como datos bancarios, claves de acceso, ubicación de activos monetarios y propiedades, datos de personas clave de contacto o deudas no documentadas, por mencionar solamente algunos ejemplos.

Todo lo que la persona manejaba en su cabeza y sin participar a nadie puede quedar en un peligroso limbo que perjudique a su familia y a quienes interactuaban con él. Algunos activos y/o información, inclusive, podrían perderse para siempre o por largo tiempo, si es solamente la persona fallecida quien sabía de su existencia o ubicación.

En la primera etapa de la pandemia, escuchábamos de lejos los casos y las consecuencias, pero ahora ya sucede entre nuestros familiares, amigos y conocidos, y no es de extrañar que en América Latina el COVID haya pasado a ser la principal causa para iniciar una reorganización y planificación del patrimonio.

Según encuestas durante el último año calendario con clientes y prospectos interesados en reestructurar y planificar sus patrimonios, podemos observar que el factor “fiscal/impositivo” representaba 8 de cada 10 casos al comienzo del período, con una abrumadora mayoría de personas residentes en México y Argentina.

Actualmente, la misma relación casi se mantiene (8 de cada 10), pero el COVID y sus consecuencias devastadoras son el disparador para hacerlo.

Los interesados fueron en su mayoría de países donde la pandemia se desarrolló con dureza: Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, Argentina y México, en ese orden.

En los países desarrollados, es muy común y normal organizar el patrimonio mediante documentos de ordenamiento familiar, testamentos, directivas médicas anticipadas y fideicomisos o “trust’s” familiares, además de comunicar a personas de confianza el cómo debe actuarse ante un fallecimiento, incapacidad o larga ausencia… ya es parte de su mentalidad previsora sin importar su edad.

Queda a la vista que en América Latina en general, no queremos pensar en esas situaciones y aún seguimos actuando en estos temas importantes, sólo cuando estamos casi al borde del abismo, y a veces, ni así lo consideramos necesario u oportuno.

¿Tú ya lo tienes contemplado y estás preparado?… ¡uno nunca sabe!…

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